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Brinde bienestar a sus pacientes con una gestión integral de infecciones

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Cuando se cura una herida es prioridad brindar soluciones rápidas y efectivas a largo plazo para el cierre de las lesiones. Uno de los principales obstáculos para lograr esto son las infecciones y la resistencia que las mismas pueden ir generando a los antimicrobianos o a los mismos antibióticos de uso local.

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Si las infecciones en las heridas se prolongan en el tiempo generan un desgaste importante del paciente. Las lesiones que además son exudativas deshidratas y desnutren al paciente, lo cual se vuelve en contra del mismo individuo ya que a falta de los nutrientes adecuados el proceso de cicatrización puede retrasarse o bien detenerse por completo.

Lesiones crónicas, que se mantienen en una etapa inflamatoria y generan molestias físicas y riesgos para la vida del paciente solo se resuelven si se logra controlar la infección. El problema es que muchas veces no es tan fácil debido al tipo de bacteria que ha colonizado o bien a la resistencia generada por los microorganismos y ese se convierte en uno de los principales limitantes para un cierre adecuado de la lesión.

El abordaje integral de las lesiones con infección brinda mayores posibilidades de éxito en el proceso y para ello en importante tomar en cuenta las técnicas e insumos más recientes que aporten un valor adicional al tratamiento y que se entrelacen para generar el mejor resultado posible.

Por todo lo anterior una gestión completa e integral podría basarse en cuatro pilares fundamentales

  1. Control seguro y eficaz de la infección: la mejor tecnología para el manejo de infecciones en todo tipo de pacientes y lesiones es la tecnología bacteriostática la cual actúa por medios completamente físicos utilizando la atracción hidrofóbica lo cual lo hace un tratamiento muy efectivo para el manejo de biofilm y todo tipo de colonización bacteriana y por hongos. Los apósitos que contienen este tipo de tecnología logran eliminar colonias de microorganismos aun cuando ya hayan desarrollado resistencia a bactericidas, fungicidas o antibióticos.
  2. Protección de bordes y zona perilesional: la vigilancia y protección de estas zonas ayudan a que el proceso se pueda centrar en la lesión existente con un menor riesgo de expansión o daño colateral a zonas circundantes.
  3. Uso de adhesivos amigables con la piel: sobre todo en pieles sensibles la elección de adhesivos que sean de fácil retiro y buen agarre y adecuación a las curvaturas del cuerpo es fundamental para evitar daños o lesiones por desprendimiento de adhesivos. Se recomiendan adhesivos siliconados para un mejor manejo de las lesiones que requieran insumos para la fijación de los apósitos.
  4. Nutrición enfocada en la cicatrización de heridas: el uso de módulos nutricionales de apoyo a la dieta del paciente pueden mejorar significativamente la velocidad de cicatrización así como la calidad de los tejidos neoformados.

Cada caso es diferente y se debe individualizar el manejo de acuerdo al tipo de pacientes y al tipo de lesión, sin embargo tomando en cuenta los factores anteriores la probabilidad de éxito en el proceso aumenta y el tiempo de cierre podría ser mucho menor así como la inversión en recursos.

Nutricare ofrece dentro de su línea de cuidado de heridas apósitos y ahesivos que cumplen con la gestión correcta anteriormente mencionada en el artículo.